Turbo
Después de diez años «trabajando» para un cazador, Turbo iba a ser sacrificado porque, al parecer de dicho individuo, ya no valía para nada. Este precioso podenco ha llegado a la asociación esquelético, con leishmania y muy desorientado.
Sin embargo, Turbo ahora tiene una oportunidad de ser feliz. Tan sólo unos días en el albergue han bastado para que le cambie la cara. ¿Os imagináis cómo sería que encontrase una familia definitiva?
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